Tus palabras naufragan en mis costas,
(una botella llena de mensajes vacíos),
y leerlas me enturbia la mirada,
y me llena la boca el sabor de tus besos,
y, durante un instante, olvido,
y se me salta el corazón del pecho.
Y entonces
para calmar esa ansiedad echo mano
del regaliz y el vodka, y otras veces
revuelvo en los recuerdos inconclusos,
en lo que pudo ser, en lo que espero,
sin ninguna esperanza, todavía...