
Yo espero, espero la Primavera como espero todo lo demás: el amor de Morgil, la plenitud de la vida, y el encuentro con Dios cuando todo termine. Espero, pero no confío, que se cumplan los dos primeros. Espero, sin dudarlo, en la misericordia del Señor y en verme en su presencia un día.
La Primavera llegará, traiga lo que traiga, pórtico del Verano, de soles y lunas claros y despejados, de agua de mar, de música y corazón ardiente. Mi corazón.