Hoy no ha sido un buen día, y casi estoy deseando que termine. Empezó de madrugada, cuando me desperté y me tuve que levantar en busca de un poco de agua, o de aire, o de algo... Supongo que no era más que aprensión, las típicas reacciones al dolor, como siempre me pasa en estos días... Además, había soñado, un sueño absurdo, casi pesadilla, en el que me hablaban en susurros; sin color, y en medio de la lluvia. Un sueño urbano, con el sonido de los coches sobre el asfalto mojado como fondo, oscuro y nocturno.
Así que me desperté enredada en las sábanas, con la frente caliente y los labios secos, y me puse a dar vueltas por la casa. En la pared, el termómetro marcaba 27º. Tampoco era para tanto, pero el agua me pareció tan fría, casi helada, que me temí que me hubiera subido la fiebre. Pero tampoco era eso, simplemente era calor.
Así que me desperté enredada en las sábanas, con la frente caliente y los labios secos, y me puse a dar vueltas por la casa. En la pared, el termómetro marcaba 27º. Tampoco era para tanto, pero el agua me pareció tan fría, casi helada, que me temí que me hubiera subido la fiebre. Pero tampoco era eso, simplemente era calor.
Me senté en la terraza, buscando algo de brisa. El cielo, encapotado de nubes, me ocultaba las estrellas. Sin saber muy bien porqué, comencé a pensar en cambios, en deseos pasados y en el porvenir. Hacía ya unos días que alguien me había preguntado qué esperaba yo de la vida, si es que esperaba algo, y ahora me parecía que la respuesta estaba ahí, al alcance de la mano, pero invisible, como a veces se nos esconden las cosas cuando las tenemos enfrente...
De repente, una ráfaga de viento descorrió las nubes, y una estrella brillante se mostró entre los jirones blancos. Y pensé que yo, que era antes galerna y velero ahora quiero ser puerto y faro y destino seguro.
El dolor me ha acompañado todo el día, pero todo es cuestión de acostumbrarse. Así ha de ser, es el don y la maldición de cada luna que pasa. De todas formas, espero la mañana, mañana, cuando desaparezcan por completo la melancolía y la tristeza, o al menos se retiren un tanto, hasta la próxima vez.
1 comentario:
Pues te deseo buenos vientos y mejores rumbos para que tu faro guie a tierra firme.
Y si hay noches oscuras que la luz que posees ilumine a los navegantes o que se pierda entre las estrellas ocultas y visibles. Pero seguro, seguro, que esa luz tendrá un destino bueno..
Besos Atlánticos
Marnie
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