martes, 29 de septiembre de 2009

Antes de que amanezca


Hoy tenía pensado escribir algo muy profundo y muy reflexivo: esas cosas que se dicen después de pensarlas una y otra vez, y al darme cuenta de que eso, precisamente, es uno de los rasgos que menos me gustan de mi carácter, he decidido dejar de pensar en lo que digo para pasar a decir lo que pienso...
Los días se han vuelto más cortos, otra vez, y mientras una parte de mí lamenta que el sol se vaya tan pronto, otra parte, mi parte oscura, la gata amante de la noche, se siente feliz por ello. Antes, cuando era más joven, cuando todavía podía pasar una noche en blanco y no sentirme como un zombi al día siguiente, me gustaba meterme en la cama a leer y el amanecer me encontraba enfrascada en el libro. También podía salir por ahí hasta que el cielo se iluminaba con las rojeces de la aurora, y luego pasarme todo el día de aquí para allá, sin notar la falta de sueño.
Ahora, los años no pasan en balde, y aunque todavía soy un ave nocturna, trasnochadora, que es capaz de aprovechar más si sigue despierta que si se levanta temprano (y de mal humor casi siempre), ya no puedo seguir ese ritmo. Pero hay noches, noches como ésta, en las que el deseo de seguir pensando, de seguir imaginando historias, de escribir un poquito sobre Morgil o sobre mí, me mantiene insomne sin necesidad de estímulos exteriores...
Además, el otoño me produce melancolía. No es que no me guste: es una estación muy bonita, pero me hace sentir el paso del tiempo, que transmuta el verde de las hojas en oro, como un alquimista que hubiera dado con la Piedra Filosofal... Me recuerda que yo también estoy cambiando, que los años no pasan en balde, y que he de tomar decisiones definitivas cuanto antes.
Pero cuando lo intento, la única cosa segura que sé es que no tengo nada seguro, sólo el dolor que inunda mi corazón cuando pienso en él, ya sabéis de quien hablo, mis queridos Lectores Constantes... Pero ni siquiera el dolor dura para siempre...

2 comentarios:

Bettina dijo...

Aprovecha éste Otoño, no te lo propongas,hazlo querida !tú, eres, demasiado valiosa,oro puro,querida Alawen!y sufro que mantengas,alimentes unos recuerdos...que conducen a ninguna parte, fué bonito, mientras fué.....él sigue con su vida, la que eligió....
Y tú, haz de elegir la tuya.....ya,cariño! que,deseo verte felíz,completa, en todo...La vida te espera....pero....haz de cerrar el capítulo....y proseguir.....hay vida y mucho amor por ahí....también !

José Manuel Guerrero C. dijo...

Firmo lo que dice la amiga Bettina. Y añado que el otoño es una buena época para mirar el pasado sin rencor, alimentarse de los buenos propósitos ,y tomarte una buena copa de Ribera de Duero.
Alawen, que el dolor pase, amiga.