Si estuvieras aquí me envolvería
en la luz de tu amor, como una manta,
para alejar el frío
y la oscura madrugada.
Pero aunque tú no estás, estás conmigo:
rescoldos de tus besos, como brasas,
entre mis labios,
y el fuego de tu abrazo
que nunca se me apaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario