No me conformo;
no dejo que el azar o el que el Destino
me repartan las cartas.
Quiero, al menos, ser yo la que corte;
intentar barajarlas,
y levantar castillos,
y guardarme los ases en la manga.
A veces, para ganar el solitario
hay que hacer trampas.
(Frédéric Bazille, La Tireuse de cartes, c.1869-1870. Óleo sobre lienzo)
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