sábado, 10 de febrero de 2018

Sábado por la noche


Se termina
el día,
y yo estoy aquí,
sola, 
con cara de domingo lluvioso.
De repente,
te pienso,
y el anhelo
de extender los dedos
y rozar tu mejilla
crece,
como la columna de humo
de un cigarrillo olvidado,
desde mi corazón a mis ojos.

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