Más que novela, a veces, la vida se me antoja
un mal artículo sensacionalista,
con sus promesas en el encabezamiento,
sus párrafos tediosos,
sus fotos granuladas en mil grises,
y un final que no concuerda con el título.
Menos mal que la experiencia,
más que sabiduría y madurez,
me ha enseñado a burlarme
de mis propias batallas. Ha logrado
me ha enseñado a burlarme
de mis propias batallas. Ha logrado
llenarme la cabeza de sueños,
que agitan las alas y gorjean promesas,
que me empujan al vacío del mañana
en plumas de ilusiones.
Y aún espero que se cumpla mi deseo.
que me empujan al vacío del mañana
en plumas de ilusiones.
Y aún espero que se cumpla mi deseo.
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