jueves, 23 de junio de 2016

Noche de San Juan



Caminamos,
uno al lado del otro,
envueltos en silencio
y en olor a tomillo.
La noche, (¡tan corta!),
se iba haciendo eterna
en el deseo de mi mano
de sostener la tuya.
Fue la Luna, velada,
la que iluminó, de pronto,
el camino escondido,
pero, para los míos,
no hubo más luz que la de tus ojos,
ni más hoguera
que la que ardió en mi pecho
al calor de tus besos.









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