
¿Quien habrá sido el gracioso?
puesto en la mesa, y durante los primeros años de su ausencia, el dolor por la separación fue muy fuerte, al principio, pero luego se acalló en parte, ya que las propias vivencias suelen ocupar todo el tiempo y se relega el sufrimiento a la parte de atrás de la memoria. Por desgracia, sólo se puede confinar un tiempo. Por experiencia sé que cuando se llega a la edad adulta se perdonan todos los defectos de los padres, como si volvieramos a la infancia más inocente e inexperta, y sólo se contempla el hueco en las comidas navideñas, en los aniversarios, o en las bodas. Y las lágrimas corren otra vez, como mientras escribo, emborronando la pantalla.
Me gustan los gatos. Creo que yo tambien les gusto, en general. Deben intuir que tienen enfrente un ser que tiene tanta curiosidad por el mundo, tanto desapego a lo material y es tan perezoso como cualquiera de ellos. 