Una foto mía, supongo que debía tener 3 ó 4 años cuando me la hicieron, posiblemente en la guardería, encontrada en una caja llena hasta los bordes de fotos antiguas. Me he cubierto de polvo al sacarla del estante en el que estaba, olvidada, como si tuviera la intención de perderme el pasado que esas fotos representan... Me miro y me reconozco, ya que sigo siendo yo; ahora con más años, pero la mirada a la cámara es la misma: una mezcla de timidez y desconfianza, porque siempre salgo fatal en las fotos. Qué le vamos a hacer.
Hago un esfuerzo por recordar aquellos días, pero es inútil. Mi memoria parece tan perdida como estaba esta foto, simplemente no tengo recuerdos de la infancia, o al menos los que tengo son como la fotografía: imágenes fijas, sin color ni sonido, como si el mundo hubiera sido en blanco y negro, como el cine mudo... Recuerdo a la Yansy, la perra de mi abuelo de la que ya he hablado aquí, y el paisaje del desierto, con los montes oscuros cerrando el horizonte, de mis días del Sahara. También tengo una imagen de ese mismo lugar, una imagen extraña de tiburones panza arriba, tirados al borde de un camino, (mi madre me explicó que eran para hacer sopa de aleta en la Residencia de Oficiales). Mi muñeca favorita, los perros que iban pasando por nuestra familia, los amigos que dejé atrás en los continuos traslados, los recuerdo peor que los libros que leí o las cuartillas que emborroné con mis primeros pinitos en esto de escribir...
Y lo que nunca, nunca olvidé fueron los días de lágrimas.
Gracias a Dios, mientras sigan ahí las fotos y las películas de 'superocho' que tomó mi padre, y mi madre siga manteniendo su extraordinaria memoria, me quedarán fuentes de las que beber cuando necesite llenar una de mis lagunas...
Hago un esfuerzo por recordar aquellos días, pero es inútil. Mi memoria parece tan perdida como estaba esta foto, simplemente no tengo recuerdos de la infancia, o al menos los que tengo son como la fotografía: imágenes fijas, sin color ni sonido, como si el mundo hubiera sido en blanco y negro, como el cine mudo... Recuerdo a la Yansy, la perra de mi abuelo de la que ya he hablado aquí, y el paisaje del desierto, con los montes oscuros cerrando el horizonte, de mis días del Sahara. También tengo una imagen de ese mismo lugar, una imagen extraña de tiburones panza arriba, tirados al borde de un camino, (mi madre me explicó que eran para hacer sopa de aleta en la Residencia de Oficiales). Mi muñeca favorita, los perros que iban pasando por nuestra familia, los amigos que dejé atrás en los continuos traslados, los recuerdo peor que los libros que leí o las cuartillas que emborroné con mis primeros pinitos en esto de escribir...
Y lo que nunca, nunca olvidé fueron los días de lágrimas.
Gracias a Dios, mientras sigan ahí las fotos y las películas de 'superocho' que tomó mi padre, y mi madre siga manteniendo su extraordinaria memoria, me quedarán fuentes de las que beber cuando necesite llenar una de mis lagunas...
1 comentario:
Perooooo....qué niñita tan tierna y guapa!
aunque, tímida y desconfiada,como dices! Gracias, por compartirla! me encanta ver fotos...porque viéndolas,puedas ir más allá todavía...!
Mira si valías ya, que hasta estabas en un billete...jejejeje....
Super-8 ???? corre, cariño, a que te la pasen a DVD, porque la peli...irá desapareciendo, día tras día y en un DVD,además de verla a plena comodidad,habrás detenido el deterioro inexorable......o sea....Viva el siglo 21 (aunque exista la rata monclovita,que no podrá con nuestras vidas! )
Sigue.....buscando fotos y,..........
POR FAVOR !!! ponlas en un album,son muy importantes,cariño !
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