viernes, 30 de octubre de 2009

Naufragio

Hacía ya muchas noches que no me acostaba así: sintiendo como la cama se eleva y da vueltas, como la de la niña de El Exorcista, mientras mi pobre cerebro se mueve en dirección contraria, a la misma velocidad; y con el corazón latiéndome en las sienes. ¿El culpable?: 1/3 parte de vodka, 2/3 partes de zumo de naranja. En una palabra: destornillador. O mejor, una caja de herramientas enterita...
No estoy borracha. Simplemente, el grado de alcohol en sangre es demasiado elevado para una persona de mi peso y complexión. Pero no estoy borracha. Yo NUNCA me emborracho. Sé perfectamente lo que hago, intento no dar un traspiés que me lleve al suelo, y mientras camino hacia mi cama voy apoyándome en la pared del pasillo, a falta de un hombro en el que dejar caer mi peso, a falta de unos brazos que me sostengan, a falta de una boca que besar un momento antes de traspasar la puerta, con un beso que es un adelanto de lo que ocurrirá hasta la mañana. Pero mejor así: tengo demasiada dignidad como para permitir que nadie me vea perder la verticalidad y caer al suelo.
Dios, qué le habrá dado a esta habitación para dar tantas vueltas a mi alrededor. Ahora, parece que va un poco más lenta, y yo reflexiono sobre lo que ha pasado. Si ayer mismo, por la tarde, me hubieran dicho lo que ocurriría, cómo esas palabras atravesarían el cerco de mis dientes, no lo hubiera creído. Y es que, dentro, muy dentro de mí, la criatura cobarde que me habita ha estado impidiendo hasta ahora que esto suceda. Pero, de alguna manera, quizás porque 'in vino, veritas', me he comportado como siempre he deseado hacerlo. Y las cosas han quedado claras, nítidas, como esculpidas en hielo, ese hielo que se iba fundiendo en el vodka, ese mismo hielo que cubre tu alma y que mantiene frío tu helado corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

al día siguiente la vida nos trae salidas y soluciones, olvidos y alegrías

un beso y mucho ánimo

José Manuel Guerrero C. dijo...

¿Que te ha pasado, amiga mía?
Me dejas preocupado. Ya sabes que puedes contar conmigo.
Un abrazo, y la próxima vez me llamas, y ahogamos lo que haya que ahogar ;-).
Besos guapa.